“Para mí, el derecho no es solo una profesión, es mi vocación. Es la forma en la que puedo contribuir a una sociedad más equitativa y ayudar a quienes más lo necesitan”.
Hablar con María Elena es conocer a una mujer entregada a la justicia y al aprendizaje. Su carrera en el derecho es destacada, pero lo que realmente resalta es su vocación de servicio, su disciplina y su amor por la literatura.
Fuera de su ámbito profesional, María Elena se define como una persona apasionada que busca siempre aprender más. “El estudio es un hábito en mi vida”, comenta sobre su constante formación en Derechos Humanos. Además, dedica cada noche una hora a la lectura, un espacio para relajarse y reflexionar.
Su principal motivación es acercar a las personas a la justicia y ver a más mujeres en posiciones de liderazgo, contribuyendo a la equidad. Desde pequeña y gracias a sus papás, tuvo claro que su vocación era ayudar, y el derecho fue su camino para lograrlo. “El derecho es mi vocación, es la forma de contribuir a una sociedad más justa”, expresa.
En cuanto a las mujeres en el derecho, reconoce los avances, pero aún ve desafíos en la equidad de género. Su consejo para las mujeres que quieren abrirse camino en este campo es confiar en sí mismas y en sus capacidades.
Aunque no puede imaginarse fuera del derecho, si tuviera que elegir otro camino, optaría por la edición de libros, una de sus grandes pasiones. “La literatura tiene el poder de transformar realidades”, afirma con entusiasmo.
María Elena es una mujer que cree en el poder del conocimiento y la justicia, y en el impacto de seguir la vocación con pasión y compromiso.


